LABOR SOCIAL
Emilio San Rafael fundador y propulsor del sello Nuestro Granito de Arena
Aun recuerdo aquel niño que apenas empezaba a andar, con que naturalidad vivía los días y disfrutaba de nuestro planeta, totalmente ajeno a lo que él mismo, y todos sus amiguitos tenían preparado para ese entonces desconocido lugar.
Quien haya tenido la fortuna de visitar mi tierra, Murcia, seguramente haya conocido nuestro mar, el Mar Menor. Si bien, este está siendo más conocido por las numerosas portadas de diarios que hablan de él los últimos meses (ante la impasibilidad de muchos), solo unos pocos lo conocen como aquel niño que jugaba en él con 5 años, ajeno a lo que en un futuro pasaría.
Bien, este verano, trataba de explicarle a mi hijo que, en esta laguna de color marrón, cuando su papá tenia su edad, pasaba sus mejores tardes de verano, haciendo castillos de arena en su limpia arena, buceando junto a caballitos de mar e incluso le enseñaba que metiendo la palma de la mano en la tierra de ella saldría un montón de berberechos y almejas cerradas y vivas…
Recuerdo la incredulidad de mi hijo cuando al probar de su mano salió un tornillo y un tapón de botella de plástico.
Ese día entendí que lo que sucedió en esa playa, mi playa. Sería mi punto de palanca para tratar de aportar mi granito de arena.
Por eso quiero que si estas leyendo estas líneas, hagas como hice yo, un acto de reflexión quita los estereotipos de “la ecología es una moda” porque no lo es, al contrario, (ahora entenderás el por que) y escoge alternativas fáciles y beneficiosas para tu familia y para nuestro planeta.
Si eres de la década de los 90 hacia abajo, recordarás que nuestras madres ya eran mucho más sostenibles que lo somos ahora. Citare 3 ejemplos que recordaras rápidamente, ¿alguna vez te ha mandado tu madre a comprar el pan y te ha dado una bolsa de tela donde guardabas este?
¿recuerdas comerte un yogurt en tarrito de cristal?
¿has coleccionado vasos de Nocilla, los cuales alguno queda en los estantes de casa de tus padres o abuelos?
Pues querido amigo, como mencionaba antes, es hora de que hagas tu parte y te sumes a la ayuda de nuestro planeta, porque nosotros hemos tenido una infancia plena en naturaleza, y nuestros hijos merecen lo mismo.
Gracias.